Hace algunos días tuvimos el placer de presentar en España nuestras dos líneas de producto: la de Manzanilla y la de Lavanda & Lechuga. Lo hicimos de la mano de una embajadora de excepción: María Castro que nos contó sus trucos para disfrutar de un momento del baño único y de conexión con sus hijas. Ella representa a la perfección todo lo que Ricitos de Oro quiere llevar con sus productos a las familias españolas: la naturalidad, la calidad, la confianza y, sobre todo, la diversión.
Con su tono cercano y natural María compartió con todos los asistentes cómo el momento del baño se convierte en su casa en un instante mágico: sin prisas, sin lágrimas, a base de ingredientes naturales, con muchas charlas y, sobre todo, ¡con mucho juego! Además, explicó cómo sus hijas se divierten con el tapón sonajero dosificador de nuestros productos.
Porque Ricitos de Oro no solamente fomenta y refuerza el vínculo entre los padres y sus hijos a través del juego con su tapón sonajero dosificador, sino que, además, contribuye a mejorar la relación y los buenos momentos con toda la familia. “Mi hija mayor, en la hora del baño, juega a bañar a su hermana y es un verdadero placer ver cómo se divierten entre ellas y construyen su propia relación de hermanas fuera del círculo parental. Les encanta el envase de Ricitos de Oro, con el que pasamos unos ratos divertidísimos”.
Así de espontánea se mostró nuestra actriz favorita, que nos explicó cómo la hora del baño se convierte en su momento de oro tras un largo día de trabajo. “Después de miles de obligaciones fuera de casa, uno de mis momentos favoritos con mis hijas es la hora del baño. Es, sin duda, un momento especial en que ponemos música, compartimos risas, disfrutamos de diferentes juegos cada día y creamos miles de momentos inolvidables. Es una gozada poder contar con una gama de productos como Ricitos de Oro que huele genial y deja la piel y el pelo de mis hijas súper suave”.Y es que a veces nos olvidamos de lo importante y corremos de un sitio a otro como autómatas y convertimos el momento del baño en un puro trámite, sin darnos cuenta de que es un momento íntimo con nuestros hijos, tal vez el único momento del día que tenemos para disfrutar con ellos.